Universitat de Barcelona. Departament d'Història de l'Art
En la Guide Psycogeographique que Guy Debord publicaría en 1957, el razonamiento planimétrico de la cartografía moderna aparece desplazado por la introducción de nuevos conceptos como dinamismo, performatividad y fugacidad, lo que apunta a la posibilidad de concebir la cartografía bajo una nueva lógica. Frente a la los modelos de representación del espacio derivados del sistema euclidiano y sistematizados durante la modernidad, desde la segunda mitad del siglo XX han ido apareciendo comportamientos cartográficos en el arte involucrados en procesos de reinterpretación del espacio y el territorio, así como en la reconfiguración del imaginario geográfico occidental. Dichos comportamientos han coincidido con la efervescencia de ciertas teorías, que en oposición al conocimiento objetivo del pensamiento moderno, han formulado una crítica al lenguaje, la ciencia y los sistemas de conocimiento totalizantes. Si bien es cierto que en los últimos años las relaciones entre la cartografía y el arte contemporáneo han sido objeto de estudio desde números ámbitos, ya sea fuera como dentro de la academia, no existen investigaciones pormenorizadas que contemplen y analicen conjuntamente estos dos fenómenos. Este hecho evidenció la necesidad de iniciar una investigación en la que además de reunir las prácticas cartográficas de los artistas contemporáneos, analizara en qué medida estos trabajos se inscriben en el pensamiento contemporáneo. Tal y como hemos podido comprobar durante esta investigación, esta tendencia se ha ido incrementando con el asentamiento del tardocapitalismo, lo que hemos querido denominar la era del capitalismo deslocalizado. Esta periodización nos permite resolver tanto la cuestión de la contextualización geográfica como su ubicación cronológica, si bien subrayando la complejidad y paradoja que subyace en el concepto de espacio y territorio de la actualidad, a la vez que reconocemos la voluntad de llevar a cabo un análisis de nuestro objeto de estudio desde una perspectiva política. La tesis doctoral El impulso cartográfico, parte de un primer estudio introductorio realizado como trabajo final del máster Estudis Avançats en Història de l’Art, llevado a cabo en esta misma universidad. Dicho trabajo, titulado Prácticas cartográficas antagonistas en la Época Global. Catálogo de mapas críticos, habría tenido como intención establecer un primer acercamiento al fenómeno del interés del arte contemporáneo por la cartografía, ya entonces desde una perspectiva decididamente trasversal y política. La estructura propuesta, al plantear unos capítulos dedicados al marco teórico, junto con un catálogo de prácticas cartográficas en el arte contemporáneo, tenía que ver con el objetivo primero de dicho trabajo de demostrar, a través de una reunión de dichos casos, que el arte y la cartografía podían ser considerados como un objeto de estudio dentro de la Teoría y la Historia del arte, así como las Ciencias Sociales. Como entonces, el primer objetivo de esta investigación ha consistido en reunir un volumen cuantioso de prácticas cartográficas desarrolladas por el arte, en este caso en el marco cronológico de 1957 y 2017, con el fin de poder analizar pormenorizadamente este tipo de producción cultural. Esta reunión, si bien se incluye en el tercer bloque de este documento, nos ocupó la primera parte de nuestra investigación, siendo a partir de ello cuando pudimos formular nuestras primeras hipótesis. La hipótesis principal de la que partía esta investigación era, precisamente, la posibilidad de contemplar la práctica cartográfica como objeto de análisis dentro del ámbito de la Teoría y la Historia del Arte, dada la cantidad de manifestaciones artísticas en este sentido aparecidas en los últimos años, así como la riqueza en cuanto a literatura artística y debate teórico que se ha generado en torno a estas. Este interés nos llevaba a su vez a sospechar que desde la posmodernidad, la producción cultural enfocada mayoritariamente a las políticas de reconocimiento, ha jugado un papel importante a la hora de descreditar el legado de la modernidad y establecer un giro o cambio de paradigma. Ello se traduciría, en términos cartográficos, en el descrédito del mapa moderno y la apertura a una nueva forma de cartografía polifónica. De este modo, las prácticas cartográficas desarrolladas a partir de este período serían un modelo idóneo para comprender dicho cambio de paradigma y podrían ser consideradas como un eficaz instrumento político por su capacidad a la hora de intervenir en el régimen simbólico. Sin embargo, la consolidación de un nuevo sistema de poder mundial durante el periodo de la posmodernidad, articulado desde la lógica de la deslocalización frente a la territorialización del estado moderno, nos llevó a suponer que dicho capitalismo deslocalizado también ha tenido un papel importante en el descrédito del mapa moderno, en tanto que ha reclamado una nueva forma de imaginación geográfica. La coincidencia entre la irrupción de las primeras prácticas cartográficas críticas, diversos ensayos enfocados a la cuestión espacial, y una serie de acontecimientos históricos, nos llevó a creer que 1957 quizás sería un punto de inflexión en ese cambio de paradigma. Finalmente, la última de las hipótesis con la que iniciamos la investigación, tendría que ver con la posibilidad de interpretar las prácticas cartográficas del arte desde otros parámetros políticos y estéticos, que nos permitieran revisar críticamente el legado de la posmodernidad, desvelar cómo opera el dispositivo cartográfico actual y considerar otra clase de comportamientos cartográficos. Frente a la ciencia del mapa y las rizoesferas cognitivas, hemos puesto el foco en comportamientos artísticos porosos, que reinstituyen a la cartografía significaciones políticas, temporales, geológicas, performativas, trágicas o cosmológicas, así como en qué es lo que resulta cuando tales actitudes se convierten en formas. Nuestro trabajo ha consistido en desplegar una hermenéutica de dichos comportamientos a través de una suerte de topografía estratificada, en la que cada excavación desvela nuevos pliegues. Dicho viaje telúrico comienza con comportamientos cartográficos contingentes, pensados desde agenciamientos políticos encaminados a hacerse cargo de las problemáticas económicas y sociales, ya sea a través de la visualización del rizoma de las relaciones de poder o el diagnóstico del espacio del capital, ya sea para intervenir en dicho espacio. Por su parte, los comportamientos cartográficos sedimentados, dan cuenta de la crisis de la historia, intentando reinsertar en el espacio, desde una lógica propiamente materialista o palimpséstica, el tiempo y la memoria. La necesidad de una apropiación y aprehensión del espacio biopolítico de la subjetividad capitalista, nos lleva a considerar los comportamientos cartográficos planteados desde la estricta corporeidad. La voluntad de salir del mapa y del laberinto, tienen su materialización radical en los comportamientos cartográficos negativos, los cuales, a través de la realización trágica de las fuerzas de oposición, el oxímoron o la incomunicabilidad, expulsan de la cartografía su sentido pragmático. Por último, los comportamientos cartográficos cosmológicos, apelarían a una línea de fuga absoluta, mediante la cual sería quizás posible imaginar otra clase de órdenes. A partir de este trabajo, hemos podido esbozar una serie de ideas que nos permiten abrir nuevas líneas de investigación. La primera de ellas tiene que ver con que el despliegue de acontecimientos históricos y culturales que tienen lugar en 1957, así como sus implicaciones espaciales y geográficas, nos permite afirmar que es en este año cuando se comienza a fraguar una reconfiguración del imaginario cartográfico. Del mismo modo, el estudio comparativo realizado entre la historia de la cartografía, los discursos críticos sobre la modernidad y la irrupción del capitalismo deslocalizado, nos lleva a confirmar que el cambio de paradigma que tuvo lugar durante la posmodernidad, tendría que ver con la consolidación de una nueva forma de hegemonía económica y cultural, que implicaba la reconfiguración del concepto de espacio y por consiguiente, de la propia idea de cartografía. Ello ratifica la idoneidad de la práctica cartográfica del arte contemporáneo como modelo para comprender dicho cambio de paradigma. Pero al mismo tiempo, señala la necesidad de establecer una distancia crítica con respecto a dicha producción cultural contemporánea a la hora de detectar prácticas cartográficas antagonistas. Asimismo, el volumen cuantioso de prácticas artísticas que ha podido reunirse durante la investigación frente al cual, los cien casos de estudio analizados representan apenas una pequeña selección, permite confirmar la posibilidad de contemplar la cartografía dentro del ámbito de la Teoría y la Historia del Arte, así como las Ciencias Sociales. Ello legitima la existencia de proyectos y líneas de investigación enfocados desde esta perspectiva y la aparición de nuevos campos de estudios transversales que tengan como objeto analizar la práctica cartográfica. Pero además, el desarrollo genealógico de dichos casos, nos ha permitido valorar dichas prácticas artísticas desde una perspectiva teórica y generar a su vez diversas interpretaciones estéticas. Dichas categorías estéticas, en lugar de encerrar la práctica cartográfica mediante la sistematización de un único modelo, despliegan las posibilidades de la cartografía hacia otro tipo de comportamientos. La voluntad de analizar prácticas culturales producidas desde diferentes registros, formatos, medios y procedimientos, multiplica estas posibilidades y nos habilita para detectar otras imaginaciones geográficas posibles. Es desde esta clase de hermenéutica como nos ha sido posible revisar el legado de la posmodernidad, reevaluar el estatus político del arte, en tanto que capacidad de intervenir en el régimen simbólico y considerar la posibilidad de otra clase de espacios y sus correspondientes cartografías.
The Guide Psycogeographique published by Guy Debord in 1957 displaced the planimetric reasoning of modern cartography through new concepts such as dynamism, performativity and transience. This allows thinking cartography from a new point of view. Since the second half of the 20th century, cartographic behaviors have appeared in contemporary art practices as opposition to modern models of space representation derived from the Euclidean system. They are involved in processes of reinterpretation of space and territory, as well as the reconfiguration of the Western geographic imaginary. These behaviors have coincided with the effervescence of certain theories, which have formulated a critique of language, science and totalizing knowledge systems. However, during the Post-modernity a new hegemonic deterritorialized power was also consolidated, so it has led us to analyze how the delocated capitalism has also played an important role in the discredit of the modern map, as a new form of geographical imagination.
Cartografia; Cartografía; Cartography; Cosmologia; Cosmología; Cosmology; Laberints; Laberintos; Labyrinths; Mapes; Mapas; Maps; Capitalisme; Capitalismo; Capitalism; Deslocalització industrial; Deslocalización industrial; Business relocation; 1957-2017
91 - Geografía. Viajes
Ciències Humanes i Socials