Los motivos de género a prueba

Abstract

ENG- This thesis explores a subcategory of gender-based crimes referred to as «gender-motivated crimes», whose paradigmatic examples are, arguably, the crime of femicide and gender-based hate crimes. These types of crimes have been incorporated into criminal law through different models of typification. Nevertheless, it is possible to identify certain tendencies that countries have adopted by including them in their legal frameworks. Among these models, the one that this research focuses on is that which requires demonstrating that the crime was motivated by gender—that is, models that emphasize the perpetrator’s motivations.

One of the most striking features of this model is its widespread adoption, despite the objections it faces. Two main criticisms cast doubt on the model’s appropriateness. The first question is whether it is justified to aggravate the penalty based on the presence of certain motives. The second highlights the model’s potential ineffectiveness due to the evidentiary difficulties it entails. Given the nature of these objections, and based on the preliminary intuition that the model is desirable—since it directs the reproach toward the most problematic aspect of the type of violence targeted by gender-motivated crimes—this research sets out to test its validity.

Before challenging the model in question, the study first addresses a set of conceptual issues that ultimately enable the formulation of a working definition of gender motives, serving as the foundation for the broader analysis. Assuming that gender motives can be characterized as gender-based prejudices, the second part of the study examines the objection that punishing acts motivated by prejudice amounts to punishing individuals for their thoughts. Once this objection is addressed, the final section delves into the evidentiary challenges posed by the requirement to prove the perpetrator’s gender-related motives. The study concludes that, although proving gender motives is undeniably challenging, none of these challenges appear to be inherently insurmountable

CAT- La tesis explora una subcategoría de delitos de género a la que se denomina «delitos motivados por el género», cuyos ejemplos paradigmáticos, se asume, son el delito de feminicidio y los delitos de odio ligados al género. Este tipo de delitos han sido incorporados a las normas penales de maneras muy distintas. Aun así, es posible identificar ciertas tendencias o modelos de tipificación adoptados entre los países que los contemplan en sus ordenamientos jurídicos. Entre los modelos respectivos, el que interesa a esta investigación es aquel que exige que se demuestre que el delito estuvo motivado por el género, esto es, que enfatizan en las motivaciones del agente.

Uno de los aspectos más llamativos del modelo mencionado, es su nivel de popularidad, a pesar del tipo de objeciones que enfrenta. Las críticas que ponen en mayor entredicho la pertinencia de este modelo son básicamente dos. La primera se orienta a cuestionar que esté justificado agravar la pena ante la presencia de ciertos motivos. La segunda se centra en evidenciar su potencial ineficacia ante las dificultades probatorias que supone. Visto el talante de estas objeciones y teniendo la intuición preliminar de que dicho modelo resulta deseable dado que orienta el reproche al aspecto más problemático del tipo de violencia a la que se dirigen los delitos motivados por el género, esta investigación se da a la tarea de ponerlo a prueba.

Antes de desafiar el modelo de referencia, lo primero en lo que se repara es una serie de cuestiones conceptuales que permiten, en última instancia, estipular un concepto de motivos de género que sirva de base para el análisis general. Asumiendo que los motivos de género pueden ser caracterizados como prejuicios de género, como segundo punto, se analiza la objeción que asume que castigar la acciones típicas motivadas por prejuicios implica castigar a las personas por los pensamientos. Solventada esta crítica, se profundiza como último punto en las dificultades probatorias que supone tener que probar las motivaciones de género del agente. Al respecto se concluye que, aun cuando es innegable que la prueba de los motivos de género resulta desafiante, ninguno de estos desafíos parece ser necesariamente insuperable