Sophrosyne y temperantia: presencia universal y aplicabilidad actual. Educación en el orden y la regulación: un programa articulado familia-escuela en la primera infancia

Abstract

Ante un escenario social marcado por un extendido relativismo y altos niveles de hedonismo y consumismo, con una tendencia generalizada a sobrevalorar situaciones que ofrecen básicamente distracción y deleite, la propuesta de trabajo que se presenta diseña un programa articulado y operativo entre familia y escuela - en la primera infancia (2 años) - para desarrollar la regulación y el orden: aspectos de la virtud de la templanza. Para educar en hábitos y más si se trata de hacerlo en edades tempranas, se deben articular de forma coherente y unitaria la familia y la escuela. Actualmente el marco legal propicia la integración familia-escuela. Tanto padres como profesores deben educar, aunque de forma distinta, teniendo en cuenta un objetivo común: la formación integral de las generaciones jóvenes; a los padres les obliga el derecho natural y a los profesores el deber profesional. Se podrá lograr la formación integral que propone la ley educativa, si se armonizan los objetivos de la familia y la institución docente La educación en la regulación y el orden se plantea como recurso para la prevención de comportamientos distorsionadores de la personalidad y problemas que acucian seriamente nuestra sociedad actual: muchos de ellos no son nuevos, pero tal vez aparecen con más virulencia y frecuencia que en otras épocas: violencia, excesos, adicciones. La violencia en todas sus versiones y ámbitos: en la familia, en la escuela, en la calle; los excesos en la bebida, problemas alimentarios, excesos de velocidad en las carreteras; las adicciones a sustancias estupefacientes, a las pantallas, al culto al cuerpo. La prevención de estos comportamientos debería ser un tema a considerar en la educación, y por tanto en la familia y en la escuela, sin dejar de lado los otros agentes sociales. La auténtica prevención es la que se anticipa al problema, la prevención es proactiva, no reactiva. Por tanto, y ante la conveniencia de intervenir preventivamente desde los primeros años del ser humano, se ha diseñado, implementado y evaluado un programa articulado y operativo entre la familia y la escuela, a través de unas acciones que estén impregnadas de moderación.