Universitat Politècnica de Catalunya. Departament de Construccions Arquitectòniques I
El comercio urbano es el punto de conexión entre la producción y el consumo, el entorno a través del cual los flujos de productos transcurren desde su fabricación hasta las manos del consumidor. Y la arquitectura constituye el soporte físico de la actividad, el lugar en el cual se satisfacen los diferentes requerimientos funcionales necesarios para la comercialización de un producto. Desde los orígenes de la actividad (mediante la incorporación de sencillos elementos para la protección del producto del sol o la lluvia), hasta hoy (en los que además se recurre a la incorporación de sofisticada tecnología para persuadir al comprador a la hora de la venta), la arquitectura ha sido empleada para alojar el producto manteniéndolo en condiciones adecuadas para su venta, proporcionar condiciones de confort en el proceso del intercambio y generar un ambiente idóneo para establecer la relación entre comprador y vendedor. Debido a los diferentes cambios provocados por los avances tecnológicos, económicos, sociales y urbanísticos a lo largo de la historia, la actividad comercial cambia, evoluciona. Y la arquitectura, como escenario en el cual transcurre el comercio urbano, también se transforma, convirtiéndose en el escenario de una actividad global, en el contenedor de una actividad económica, lúdica y social. En el sistema comercial de una ciudad, es posible identificar diferentes formatos arquitectónicos, algunos con una continuada permanencia a lo largo de la historia, otros que han quedado obsoletos y han desaparecido, y otros que se generan completamente nuevos. Y si se analizara de forma comparada el comercio actual de una ciudad con el comercio de algunas décadas atrás, sería posible detectar un incremento en la cantidad de recursos arquitectónicos empleados en los diferentes formatos de venta. Dependiendo de donde se compra (tienda de barrio, supermercado, hipermercado, internet), y a pesar de que el objetivo es el mismo (vender), en la comercialización de un mismo producto son invertidas cantidades dispares de recursos arquitectónicos. Y la inversión arquitectónica de los diferentes formatos de venta hasta ahora ha sido medida únicamente por su eficacia (atracción, alcance, capacidad de venta), pero no por su eficiencia enfocada desde la sostenibilidad medioambiental. ¿Realmente existe un vínculo directo entre la cantidad de recursos empleados y la intensidad de ventas? Todos los modelos conviven y su vigencia nos confirma que generan buenos resultados. Pero, ¿cuál está mejor posicionado teniendo como referencia el impacto que generan dentro y fuera de la ciudad? Toda la infraestructura arquitectónica del comercio urbano implica una serie de inversiones (espacio, materia, energía, medios, tecnología), que constituyen una “mochila arquitectónica", visible e invisible, repercutible a cada uno de los productos que consumimos. Hoy los productos tienen muchos más kilómetros a sus espaldas, así como también tienen una carga arquitectónica mucho mayor que en décadas anteriores. Actualmente se hace una importante inversión arquitectónica para dar soporte a la actividad comercial. Y sin embargo, a diferencia de otros temas arquitectónicos como por ejemplo la vivienda, la industria o las oficinas, hay poco cuestionamiento sostenible al respecto. A la vista de todo lo anterior se hace necesario el planteamiento de diferentes preguntas, con la visión profesional del arquitecto, y dentro del marco de la sostenibilidad: ¿el comercio será siempre así? Tienen límite estas tendencias? ¿Existen vías de comercio arquitectónicamente más eficientes desde el punto de vista de la sostenibilidad medioambiental? ¿El comercio es por definición exuberante en sus medios? ¿Es necesario intervenir en la arquitectura de las formas de comercio al detalle estableciendo unas reglas para alcanzar la sostenibilidad medioambiental o bien se podría ahogar la perpetuación de la propia actividad?
Retail is the interface between production and consumption, the environment through the flux of products flows from manufacture to the consumer. The architecture constitutes the place where the different functional requeriments needed to commercialize a product are satisfied. Since the origins of the activity (through the incorporation of simple elements in order to protect the product of the sun or the rain), until today (when also sophisticated technology is incorporated to persuade the shopper during the process of purchase), architecture has been used to shelter the product keeping it in suitable conditions to be sold, to provide comfort and set up a convenient environment to establish the relation between shopper and the salesclerk. Due to the different changes derived in the city from social, economic, technological and urban advances, today retail is not only an economic activity; at the same time is a ludic and social activity. Architecture, as its scenario also changes, becoming in the scenario of a global activity, whose functional requirements go further than a simple commercial exchange. For this reason, in urban retail is possible to identify different architectonical formats, some of them with a constant permanence through history, others that have remainded obsolete and have disappeared, and others totally new. And comparing today’s retail of a city with its retail some decades before, it’s possible to detect an increase in the amount of architectural resources used in the different retail formats. According to where is bought (neighborhood’s shop, supermarket, hipermarket, internet), in spite of the purpose is the same (to sell), to commercialize the same product are invested unequal amounts of architectural resources (space, matter, energy, technology), which make up an “architectural rucksack”, visible and invisible, attributed to each one of the products that we consume. And the investment of architectural resources in the different retail formats since today has been assessed only by its effectiveness, but not for its efficiency focused from environmental sustainability. ¿Does really exist a direct link between the amount of resources used and the number of sales generated? All the commercial models coexist and their validity confirms that generate good results. But, ¿which is the best positioned according to the environmental impact generated inside and outside the city? Considerig all this, it’s necessary to raise different questions, with the profesional vision of the architect, inside the frame of sustainability: ¿Will retail be always this way? ¿Do these tendencies have any limit? ¿Do exist retail alternatives architecturally more efficient since a sustainable point of view? ¿Is retail exuberant in its resources by definition?¿Is it necessary to intercede in the architecture of retail formats establishing some rules to reach the environmental sustainability, or this could drown the continuity of the activity?
Comercio urbano; Impacto ambiental; Arquitectura del comercio; Análisis input-output
624 - Ingeniería civil y de la construcción en general
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