Accidental foreigners: Young Iranian migrants in Pune and Kuala Lumpur

Abstract

Durante las últimas dos décadas, una importante comunidad de jóvenes iraníes se han dirigido a Malasia y la India. Kuala Lumpur en Malasia y Pune en la India se han convertido en centros de acogida de las mayores comunidades iraníes en Asia actualmente. Sin embargo, en la década de 1980, a raíz de la Revolución Islámica y durante la guerra entre Irán e Irak, oleadas de iraníes se dirigían a Occidente, principalmente al sur de California, pero también a Alemania, Reino Unido, Suecia y Francia, pensando que su situación sería temporal. Los “refugiados” de la Revolución tenían sus maletas preparadas durante los para volver a casa tan pronto como las cosas volvieran a la normalidad. Sin embargo, la situación no se revirtió y miles de iraníes convirtieron a Estados Unidos y Europa en su hogar. Treinta años más tarde, un tema común de conversación en Irán son las formas adecuadas para salir del país. Así, trasladarse al extranjero se ha convertido en una obsesión para la juventud urbana de Irán pero, en estos días, no es tan fácil salir del país. Si en los días del Shah era fácil para alguien con un pasaporte iraní visitar Europa, hoy en día, debido a la situación política, se ha tornado en casi imposible conseguir una visa para el área de Schengen o Norteamérica, los destinos tradicionales para los iraníes. Las opciones para los jóvenes iraníes que quieren emigrar son limitadas, especialmente en el caso de que el lugar de destino sea en Occidente, lugares dónde la mayoría de gente elegiría ir ya que los países vecinos no suelen ser opciones que parezcan atractivas. Por tanto, durante las últimas dos décadas han surgido otros destinos como Malasia e India, principalmente a Kuala Lumpur y Pune. Si bien hay una gran cantidad de literatura sobre los iraníes que emigraron a Europa y Estados Unidos, muy poco se sabe acerca de las formas que adquieren las comunidades de jóvenes iraníes en estos lugares al este de Irán. El objetivo de esta tesis es visibilizar estas comunidades migrantes iraníes en Asia, explorando las trayectorias y percepciones de los jóvenes que arraigaron en Pune y Kuala Lumpur. Además, la tesis pretende observar las motivaciones para estas migraciones que, en muchas ocasiones, no tienen una motivación económica o únicamente económica.

Over the last two decades a sizable community of young Iranians have made their way to Malaysia and India. Kuala Lumpur in Malaysia and Pune in India have become hosts to some of the biggest Iranian communities in Asia. In the 1980s, in the wake of the Islamic Revolution and during the Iran – Iraq war, waves of Iranians moved to the West. In general they presumed that their stay in the West, mainly in southern California, but also in Germany, the UK, Sweden and France, would be temporary They had their bags packed during the first few years, ready to return back home as soon as things would calm down. The situation did not reverse however, and thousands of Iranians made the US and Europe their home. 30 years later, a common topic of conversation in Iran is the ways available to leave the country. Moving abroad has become an obsession for the urban youth of Iran. However, these days it is not so easy to leave the country. In the days of the Shah it was easy for someone with an Iranian passport to visit Europe. Today, because of the political situation, it has become very difficult to get a visa for the Schengen area or North America – the traditional destinations for Iranians. The options for Iranians who want to emigrate are limited especially if they want to move to the West. The neighbouring countries are usually not options that appear attractive. However, during the last two decades other destinations have emerged and thousands of Iranians have moved to Malaysia and India, mainly to Kuala Lumpur and Pune as mentioned. While there is a wealth of literature on Iranians who emigrated to the West very little is known of the Iranians who left for countries east of Iran. In this thesis the trajectories and perceptions of young Iranians who left for India and Malaysia are explored.