La persistencia de una cultura jurídica vindicatoria. El caso de los pastores de Barbagia, Cerdeña

Abstract

Tomando como punto de partida la obra de Antonio Pigliaru La vendetta barbaricina come ordinamento giuridico (1959), este trabajo estudia la cultura jurídica vindicatoria contemporánea de los pastores de Barbagia, las montañas centrales de la isla de Cerdeña. Referencia y clásico indiscutible, la obra de este jurista de la propia región no tiene parangón en cuanto a dimensión, profundidad y densidad en el estudio de este caso concreto, y al mismo tiempo por la concreción en el establecimiento del sistema vindicatorio como ordenamiento social y jurídico. Sin embargo, su trabajo no parece haber tenido continuidad y sigue muy presente el prejuicio etnocéntrico y evolucionista que reduce la venganza de sangre a un fenómeno prejurídico y de justicia privada. Sólo muy recientemente (Terradas 2008) su aportación ha sido revisada críticamente como merece en términos comparativos y de Antropología jurídica.

La constatación de esta discontinuidad ha llevado a preguntarnos sobre la forma y las condiciones de la persistencia de esta cultura jurídica vindicatoria, sugerida por la existencia hasta la actualidad de homicidios vindicativos. Pese a la recurrencia histórica de determinadas instituciones y mecanismos consuetudinarios de mediación, arbitraje y pacificación, el trabajo de Pigliaru deja entrever pero no consolida ni formaliza los procedimientos para la composición de los conflictos y la reconciliación, constatados etnográfica e históricamente en otros sistemas vindicatorios. Esta ausencia es una de las principales cuestiones que planteamos en el trabajo. Los pilares de la investigación son el trabajo de campo, el análisis de casos judiciales y el estudio de la Antropología e Historia social y jurídica de Barbagia. El trabajo de campo ha sentado las bases para la comprensión de las formas de la sociabilidad barbarichina, especialmente la rígida costumbre de la hospitalidad en relación a los regímenes de amistad y enemistad, la vecindad o el parentesco espiritual. La perspectiva histórica sobre el Derecho consuetudinario, los contratos de pastoreo, las formas de propiedad y el parentesco, por su parte, nos han permitido establecer la especificidad etnográfica de la montaña sarda. Finalmente, el estudio directo y en profundidad de dos expedientes judiciales sobre sendas faide (encadenamientos de venganzas) de las pasadas décadas, complementados indirectamente con otros casos conocidos por crónicas periodísticas o estudios secundarios, nos llevan a constatar la continuidad y persistencia de la cultura jurídica vindicatoria de Barbagia.

El trabajo concluye sugiriendo las razones de esta persistencia, que parece ir asociada a un desplazamiento y reducción del ámbito de la sociabilidad y la comunidad, y por tanto de la solidaridad, la reciprocidad, la hospitalidad y, en última instancia, de los mecanismos para resolver y componer los conflictos y las ofensas. La adaptación exitosa contemporánea de la economía de pastoreo, que se ha expandido en detrimento de la agricultura, ha pasado por el establecimiento de la empresa ganadera sedentaria y consiguientemente por un reforzamiento del vínculo entre hermanos varones: el éxito de la “empresa” pecuaria, cada vez más basada en la propiedad privada y adaptada a los ritmos y las formas de la economía capitalista, exige unos resultados que han llevado a ese reforzamiento, puesto que son los hermanos varones quienes heredan y conducen el ganado. Se habría pasado de una solidaridad de parentesco más amplia a una reducción agnaticia que relega a las mujeres, históricamente principales activadoras de la reciprocidad y custodias de la hospitalidad entre las casas, contrae el ámbito más extenso de la solidaridad de parentesco e impide la activación de los mecanismos de prevención, composición y reconciliación. En resumen, persiste la economía y la cultura del pastoreo pero sin estos mecanismos, decantando la balanza hacia la vindicta cruenta, lo que explicaría el desencadenamiento más virulento y desenfrenado de venganzas en las últimas décadas.

This is a study on the contemporary vindicatory justice of the shepherds in the inland Sardinian highlands. The starting point is the classical work by Antonio Pigliaru La vendetta barbaricina come ordinamento giuridico (1959). Despite its indisputable relevance, both as a case study and as recognition and establishment of vendetta in Barbagia as a vindicatory system, this study has had no continuity. Evolutionary and ethnocentric prejudices about vendetta as a pre­legal and private justice system persist even in the Sardinian highlands. Only recently has Pigliaru's work been critically reviewed as it deserves in terms of Comparative and Legal Anthropology (Terradas 2008).

This thesis aims at checking the present validity of Pigliaru's findings against new ethnographic evidence. Many present vindictive homicides show the persistence of vindicatory customary law. How has this system persisted until nowadays? We may say that Pigliaru, despite historical evidence, didn't give artibration and pacification institutions its due, while he oversized vindictive resolutions. But there is also ethnographic and historical evidence of blood­feud spreading during the last decades. So the main issue here is the disappearance of composition and reconciliation procedures, demonstrated as universals by ethnography.

The basic pillars of this research are: field work on sociability and hospitality in relation to amity and feud regimes, analysis of some court cases on homicides occurred during de 1980s, and the study of Social and Legal Anthropology and History of Sardinia. Its main goal is the verification of persistence of vindicatory customary law in relation to the displacement and reduction of the scope of sociability and community life. Accordingly we ultimately confirm the reduction of the extent of solidarity, reciprocity and hospitality, and, consequently, of the mechanisms to resolve and compose conflicts and offenses. The successful contemporary adaptation to the grazing economy, which has expanded to the detriment of agriculture, required the establishment of a sedentary livestock enterprise and consequently a strengthening of the bond between male brothers. The success of the livestock "business", increasingly based on private property and adapted to the rhythms and forms of the capitalist economy, demands results that have led to this reinforcement, since it is the male brothers who inherit and grow the cattle. A shift would have taken place away from the solidarity of a wider kinship sphere towards an agnatic reduction that relegates women ­historically the main activators of reciprocity and custodians of hospitality among houses­, contracts the broader scope of kinship solidarity and hinders the activation of prevention, composition and reconciliation mechanisms.