Universitat Jaume I. Departament de Filosofia, Sociologia i Comunicació Audiovisual i Publicitat
En consonancia con el peso cultural de la ciencia como actividad de conocimiento de la realidad natural y social, se han desarrollado alrededor suyo una serie de estudios y corrientes que han intentado, más que explicar ese peso, darle legitimidad, sobre todo por la vía epistemológica. Tal aproximación ha estado vigente durante décadas desde finales del siglo XIX y se ha extendido, incluso, fuera de las respectivas comunidades científicas, calando entre la opinión pública.<br/><br/><br/>Sin embargo, en el campo de los estudios de la ciencia se ha producido una transformación profunda en las últimas décadas del siglo XX. La reacción antipositivista que se desarrolló en los cincuenta y los sesenta, sobre todo en la filosofía de la ciencia, ha encontrado continuidad en las décadas de 1960, 1970 y 1980 con corrientes como la sociología del conocimiento científico, los estudios feministas de la ciencia, la retórica de la ciencia o los "estudios culturales de la ciencia". El objetivo de esta Tesis Doctoral ha sido mostar cómo dicha transformación también ha tenido lugar en el estudio del pensamiento económico y, sobre todo, mostrar cómo ésta responde a un cambio en la visión de la ciencia que dejando atrás una visión reducida de la racionalidad científica -una racionalidad por reglas- se abre a una racionalidad más amplia en la se deben considerar las prácticas instrumentales, las constricciones comunitarias y, finalmente, las de conceptualización lingüística de la realidad.<br/><br/><br/>Para mostrar esta hipótesis se analizan las recientes aportaciones al estudio del pensamiento económico realizadas por cuatro economistas: Donald McCloskey, Arjo Klamer, Philip Mirowski o E. Roy Weintraub. Recientemente otros economistas como Stephen Resnick, David Wolff, William Milberg, Jack Amariglio, David Ruccio, Julie Nelson, Nancy Folbre, Marianne Ferber, Diana Strassmann o Janet Seiz, por citar unos pocos casos, se han sumado a los puntos de vista de los anteriores. Inicialmente todos estos economistas coinciden a la hora de manifestar abiertamente su descontento e insatisfacción con respecto al estudio tradicional de la ciencia, representado por lo que podemos llamar "filosofía analítica de la ciencia", orientación heredera de los puntos de vista del positivismo lógico. En esta línea dos han sido los principales puntos de interés dentro de esta orientación, a saber, el análisis y reconstrucción de la estructura lógica de las teoría científicas y el estudio de las relaciones entre observación y teoría. Hasta hace poco tiempo los estudios metodológicos e históricos del pensamiento económico habían reproducido de manera los patrones establecidos por aquella de manera casi exclusiva y excluyente, convirtiéndola en el único horizonte posible para la metodología de la ciencia.<br/><br/><br/>Los estudios realizados, entre otros economistas, por los cuatro ya citados(McCloskey, Klamer, Mirowski y Weintraub), responden a una concepción distinta de la ciencia, una visión que califico de "pragmática". Al descontento por el estudio tradicional de la ciencia y la economía, el cual consideran demasidado idealizado y, por tanto, mistificador, estos economistas aportan su interés por hablar de la ciencia económica desde lo que hacen los economistas, y no desde la reconstucción racional de lo que supuestamente hacen o deben hacer. Junto a ello, el reconocimiento de la naturaleza hermenéutica del conocimiento científico, así como la integración de lo social y lo cognitivo constituyen otros de los puntos fundamentales en esta nueva visión de la ciencia.<br/><br/><br/>En definitiva, merced a este cambio que llamo "pragmático", lo discursivo y lo cognitivo entran en el estudio de la ciencia desde una perspectiva radicalmente distinta a la tradicional; ya no con referencia al binomio teorías científicas-observación, sino con referencia a la actividad y la práctica científica; a los procesos más que a los productos. Es ésta una visión que asume la existencia de una racionalidad científica contigente, en cuanto es dependiente de la práctica y la valoración de los científicos, y no de una racionalidad científica sustancial. Negar la existencia de unas reglas universales de la racionalidad, expresadas en el supuesto "método de la ciencia", nos conduce a reconocer el carácter contingente del conocimiento científico en contra de la pretensión de ser considerado como la representación necesaria de la realidad.
estudios culturales; Metodología de la economía; Metodología de las ciencias sociales; Metodología de la ciencia; Filosofía de la ciencia
00 - Ciència i coneixement. Investigació. Cultura. Humanitats; 16 - Lògica. Epistemologia. Teoria del coneixement; 30 - Teories i metodologia en les ciències socials. Sociografia. Estudis de gènere; 33 - Economia
Filosofía de la ciencia, Antropología social y cultural
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