Universitat Autònoma de Barcelona. Departament de Medicina
Objetivos: Analizar si existen diferencias dietéticas y antropométricas entre pacientes con ictus isquémico y controles de una misma población y evaluar si existen diferencias por género y subtipos de ictus. Se estudió también si los patrones dietéticos de prevención eran igual de saludables en los pacientes con ictus isquémico y en los controles. Material y métodos: Estudio prospectivo que incluyó pacientes ingresados con el diagnóstico de ictus isquémico y controles sanos. Se registraron datos demográficos, antropométricos (peso, talla y perímetro abdominal), edad, sexo y factores de riesgo vascular. En un subgrupo de sujetos se evaluaron los hábitos dietéticos mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos validado, que registra la ingesta habitual de nutrientes durante el año previo. Se cuantificó el consumo de los macronutrientes que se han descrito asociados a un aumento de incidencia de ictus, las diferentes formas de preparar los alimentos y los hábitos alimenticios para controlar el riesgo vascular antes del ictus. Resultados: Se observó una mayor ingesta calórica en los pacientes con ictus que en los controles, de proteínas (p< 0.001; OR 1.02), de colesterol total (P=0.001; OR 1.04) y de alimentos rebozados (p=0.001; OR 1.94) y un menor consumo de yogur con lactobacilos (p=0.002; OR 0.88). Se observaron también diferencias entre los subtipos de ictus. No se constataron diferencias entre sexos respecto al consumo calórico, ingesta de nutrientes o forma de procesar los alimentos. Los controles referían una mayor propensión a seguir una dieta saludable y las mujeres con ictus isquémico estaban más concienciadas para mantener hábitos dietéticos saludables que los hombres. En el estudio univariado, el incremento del IMC no se asoció con un aumento de riesgo de ictus en mujeres o de forma global, pero fue un factor protector en hombres (p=0.03; OR 0.59 [0.37-0.94]). Estratificada por sexo, la obesidad abdominal se asoció significativamente con el riesgo de ictus en las mujeres, tanto en medidas de circunferencia de cintura (p<0.001; OR 5.79 [3.10-10.85]) como de índice cintura-altura (p<0.001; OR 3.61 [1.99-6.54]), mientras que la asociación no fue significativa en hombres. Sin embargo, en el análisis multivariado ajustado por factores de riesgo vascular, la obesidad abdominal constituyó un factor de riesgo para ambos sexos, pero la magnitud de la asociación fue significativamente mayor en las mujeres. Conclusiones: Existen diferencias dietéticas y antropométricas entre los pacientes con ictus isquémico y una población control. Los pacientes con ictus presentan un mayor consumo previo de proteínas y de colesterol total y una mayor frecuencia de formas de preparación de alimentos descritos como perjudiciales para el desarrollo de ictus. Los pacientes con ictus están menos concienciados para mantener hábitos dietéticos saludables, especialmente los hombres. El aumento de peso mediante el índice de masa corporal no se asocia con un aumento de riesgo de ictus en mujeres o de forma global y es un factor protector en hombres. Sin embargo, la obesidad abdominal sí que aumenta el riesgo de ictus isquémico y constituye un factor de riesgo para ambos sexos, mayor en las mujeres. Estos hallazgos apoyan la necesidad de insistir en patrones de dieta saludable y en la reducción de la obesidad abdominal, en prevención primaria, especialmente en sujetos con factores de riesgo cardiovascular.
Objectives: To analyze if there are dietary and anthropometric differences between patients with ischemic stroke and controls of the same population and to evaluate if there are differences by gender and stroke subtypes. It was also studied whether dietary prevention patterns were equally healthy in patients with ischemic stroke and in controls. Material and methods: Prospective study that included hospitalized patients with a diagnosis of ischemic stroke and healthy controls. Demographic and anthropometric data (weight, height, and waist circumference), age, sex and vascular risk factors were recorded. In a subgroup of subjects, dietary habits were assessed using a validated food frequency questionnaire, recording the usual intake of nutrients during the previous year. The consumption of macronutrients described associated with an increase in the incidence of stroke, the different ways of preparing food and eating habits to control the vascular risk before the stroke were quantified. Results: A higher caloric intake was observed in patients with stroke than in controls, proteins (p <0.001; OR 1.02), total cholesterol (P = 0.001, OR 1.04), and breaded foods (p = 0.001, OR 1.94) and lower consumption of yogurt with lactobacillus (p = 0.002; OR 0.88). Differences between stroke subtypes were also observed. There were no gender differences regarding caloric intake, nutrient intake or food processing methods. The controls reported a greater propensity to follow a healthy diet and women with ischemic stroke were more aware of maintaining healthy dietary habits than men. In the univariate study, the increase in BMI was not associated with an increased risk of stroke in women or globally, but it was a protective factor in men (p = 0.03; OR 0.59 [0.37-0.94]). Stratified by gender, abdominal obesity was significantly associated with the risk of stroke in women, both in waist circumference (p <0.001; OR 5.79 [3.10-10.85]) and waist to height ratio (p <0.001; OR 3.61 [1.99-6.54]), whereas the association was not significant in men. However, in the multivariate analysis adjusted for vascular risk factors, abdominal obesity was a risk factor for both genders, but the magnitude of the association was significantly higher in women. Conclusions: There are dietary and anthropometric differences between patients with ischemic stroke and a control population. Patients with stroke have a higher consumption of protein and total cholesterol and a greater frequency of food preparation forms described as detrimental to the development of stroke. Patients with stroke are less conscious to maintain healthy dietary habits, especially men. Weight gain measured by body-mass index is not associated with an increased risk of stroke in women or globally and it is a protective factor in men. However, abdominal obesity does increase the risk of ischemic stroke and is a risk factor for both genders, higher in women. These findings support the need to emphasize healthy dietary patterns and reduction of abdominal obesity in primary prevention, especially in subjects with cardiovascular risk factors.
Ictus isquèmic; Ictus isquémico; Ischemic stroke; Dieta; Diet; Obesitat abdominal; Obesidad abdominal; Abdominal obesity
616.8 - Neurology. Neuropathology. Nervous system
Ciències de la Salut
Departament de Medicina [962]